Descripción
Las estrategias tradicionales para garantizar la seguridad y la calidad de las carnes se centran principalmente en prevenir la contaminación microbiana, inactivar los microorganismos que están presentes inicialmente o utilizar condiciones de almacenamiento que previenen o ralentizan el crecimiento de microorganismos.
Numerosas bacterias de importancia para la salud pública se pueden encontrar en carnes frescas, como Salmonella, Staphylococcus aureus, Yersinia enterocolytic, Cl. Botulinum, Cl. Perfringes, Campylobacter, A. hidrófilo y L. monocytogenes; la mayoría de los cuales tienen posibilidades de crecimiento limitadas a temperaturas de enfriamiento (0 a 4 grados C).
Para evitar esta contaminación y obtener productos cárnicos seguros y de alta calidad, es esencial controlar los tratamientos aplicados en mataderos, industria alimentaria, transporte y hostelería. Es por ello que debe optimizarse la eficiencia de las operaciones preliminares, como el deshuesado y el picado; equipos de limpieza y desinfección, utensilios y superficies de trabajo; Higiene. Para todos estos procesos involucrados en el sector cárnico, el ozono se descubre como el método de desinfección más seguro, eficaz y también respetuoso con el medio ambiente.
El ozono está autorizado a ser utilizado gaseosa y líquidamente en el tratamiento, almacenamiento y procesamiento de alimentos, incluyendo carne y pollo; así como para su uso en superficies, habitaciones y herramientas.